BRIGET: “LA QUE BRILLA”, LA DIOSA CISNE
Brigit es la Diosa del Fuego de la Vida, del Perdón, de la Transmutación e inspiración.
Brigit es la Diosa de la llama interior de vida, naturaleza y creación y la Guardiana del caldero y del cáliz, ya que ella representa el Sacerdocio del Santo Grial.
Su nombre significa“Brillante”
Era también conocida como: Brigantia, Brid, Bride, Briginda, Brigdu, Bridget y Brigit.
También fue conocida por otros nombres, la mayoría de ellos relacionados con sus atributos, dones y cualidades, como por ejemplo: «Poder», «Flecha Flamígera de Poder» (Breo-Saighead o Saighit), y “La Poeta” (a quienes protege e insufla el fuego sagrado de la inspiración).
Llamada en ocasiones la Triple Brigit; Las Tres Damas Benditas de Britannia y “Las Tres Madres”.
Era considerada también la diosa del Fuego del Hogar. Protectora ante cualquier guerra, invasión o enfrentamiento, y por este motivo era llamada “Briga”. Sus sacerdotisas guerreras eran llamadas “Brigantes”.
Protectora de los recién nacidos.
Para la tradición Celta, Brigit, era la máxima deidad femenina.
Venerada e invocada como la Diosa de los Sanadores, Poetas y Herreros, así como del Nacimiento y la Inspiración.
En su forma de triple diosa ella es la doncella, la mujer madura y la anciana sabia.
Fue invocada y venerada en Irlanda, Gales, España y Francia como:
- Diosa del Fuego
- La fertilidad
- Protectora del hogar
- Protectora de los artesanos
- Protectora e inspiradora de los Guerreros y soldados
- Protectora de la salud
- De las Artes adivinatorias
- De la magia y todas sus máncias
- De la agricultura
- La inspiración
- Los poetas
- De la adivinación y la profecía
- De la Forja y de los herreros
- De la domesticación de los animales
- Del amor y de los enamorados
- De la sabiduría y del conocimiento oculto.
Es considerada la diosa del fuego, tanto material como espiritual.
Cuenta una leyenda, que cuando ella nació, en lo alto del cielo se pudo ver una gran torre de fuego.
Según la tradición celta, Brigit fue considerada como uno de los aspectos de la diosa Dana, asociada a la energía de Imbolc, la primera fiesta celta del año solar, que se celebra a principios del mes de Febrero.
Su templo estaba en Irlanda, en Kildare, donde sus sacerdotisas, la Brillantes, mantenían físicamente la llama del Fuego que la representaba.
Las sacerdotisas del templo de Brigit eran siempre 19, como representación del año celta.
LAS SACERDOTISAS DE BRIGET, LAS BRILLANTES, ERAN PROSTITUAS SAGRADAS, GUERRERAS, MUJERES SABIAS, ESTRATEGAS, ORACULARES Y MAGAS.
Fueron muy respetadas y temidas. Se cuenta que los romanos les pedían consejo dadas sus dotes adivinatorias. Sin embargo, el patriarcado de la iglesia católica, no pudiendo destruir este culto y este “brillo”, lo transformo y su templo pasó a ser un convento, sus sacerdotisas fueron aniquiladas, quemadas, o invitadas a irse bajo amenaza de muerte y fueron sustituidas por monjas católicas.
La iglesia la transformó en Santa Brígida alrededor del 453 d. C. y la nombro protectora del trabajo de granja y del ganado, y preservadora del hogar, al cual protege contra el fuego y otras calamidades.
Hoy en día uno de sus nombres más comunes en idioma gaélico es “Muime Chriosd”, que significa «Madre Adoptiva de Cristo».
Entre las muchas leyendas que tienen a Santa Brígida como protagonista (aunque en realidad, a nivel histórico no existen documentación de que haya existido como una mujer “real”), hay una que la nombra como hija de “Dubthach”, un druida que la llevó desde Irlanda hasta la Isla de Iona, llamada «La Isla de los Druidas”, para que fuera educada allí.
Sin embargo, desde los anales Akashicos, se sabe (y también existen documentos en Glastonbury, Avalon), de las frecuentes visitas a este lugar del tío de Jesús, José de Arimatea, como importador de estaño, para proveer de este metal a la indústria de carpintería que tenía junto con José, padre de Jesús, y que además José de Arimatea tenia conexiones con los Druidas y Druidesas relacionadas con la formación y educación de Jesús en los misterios celtas, pues era consciente de que Jesús tenia que recibir toda la formación en los misterios de la Diosa y que su futura esposa sería una mujer perteneciente a la orden de las Guardianas del Grial.
La iglesia católica tergiverso y adorno todo esto, contándonos la historia de una mujer de cabellera rojiza (irlandesa), llamada Santa Brígida, a quien ha venido en llamar la madre adoptiva de Jesús, atribuyéndole la salvación de Jesús niño cuando la persecución de Herodes, relatando como se puso en mitad de un camino y entretuvo a los soldados romanos incendiando su hermosa cabellera. Después de este suceso, la tal madre adoptiva de Jesús no vuelve a ser nombrada.
Lo más probable es que fuera una sacerdotisa-maga Druidesa quien fue la encargada de velar al niño y que se manifestó etéricamente en aquel lugar para impedir que los romanos mataran al niño. De ahí la leyenda de que Brigit protege a los niños desde su cuna. Las sacerdotisas de Brigit fueron conocidas como “las hijas vírgenes del fuego”.
El altar de Brigit en Kildare permaneció activo hasta el siglo XVIII y fue cerrado por la influencia religiosas en la monarquía que ordeno que fuera apagado.
El fuego fue extinguido por primera vez en el siglo XIII y vuelto a encender en algunas etapas hasta que Enrique VIII ordenó la disolución de los monasterios.
La hermana Mary Minchin, monja de Santa Brígida en la iglesia de Kildare, volvió a encender la llama el 2 de Febrero de 1996. Y desde entonces continúa encendido.
EL MITO DEL CISNE
A Brigit o Briget, se la conoce también como el “Cisne Blanco”.
Dentro de la historia del Matriarcado es común encontrar en todas las etnias referencias a la Madre de la Creación, la Dadora de vida, descrita con la forma de algún ave de cualidades extraordinarias. Incluso en la religión católica se le llama a Maria Ave-Maria y así es su plegaria.
Las referencias describen a una mitológica ave que desciende del cielo y trae la vida a la tierra, trae el huevo sagrado del que nace toda vida.
La costumbre de regalar huevos de colores por la Pascua tiene sus raíces en la tradición celta.
También la Semana Santa coincide con esta tradición donde se celebra el ritual de la muerte-resurrección a través de la siembra: la semilla es enterrada para resurgir como brote de vida de debajo de la tierra.
En varias tradiciones, desde tiempos remotos, se practicaban rituales iniciativos de inmortalidad donde se imitaba a la naturaleza a través del ocultamiento (entierro) del cuerpo, agasajando a la iniciada o iniciado (pues este rito se hizo tanto en la época matriarcal como en la patriarcal hasta el punto de ser asimilada también por la religión católica en la crónica de la muerte-resurrección de Cristo en el sepulcro) con aceite, flores, ungüentos, cantos, llanto… y abriendo su tumba a los tres días para encontrarle renovado, iluminado, transfigurado.
La transfiguración tiene que ver con la prueba iniciativa de trascender el miedo a la muerte, a lo desconocido y a la oscuridad. Era practicada sobre todo por hombres iniciados y la iniciación era guiada siempre por una sacerdotisa. (En el caso de Jesús, recordemos que son las Marías quienes le ungen y es su sagrada esposa la Magdalena, quien abre el sepulcro y quien lo puede ver en su cuerpo glorioso).
Los ritos de cambio se han ido adaptando con el paso del tiempo a todas las tradiciones y son por lo tanto patrimonio de la misma evolución humana y no de una determinada ideología o religión).
El mito del cisne nos revela algo parecido. El cisne es la GRACIA. Es el poder de la transfiguración.
Simboliza el desconcierto inicial que toda persona que emprende el camino espiritual-iniciático tiene que pasar; la desorientación, el sentimiento de no pertenencia, el seguir los pasos que va marcando la intuición, el trascender la fealdad-material y el descubrimiento de la propia belleza interior que se refleja en el exterior.
El cisne, la Diosa Cisne, se relaciona con Brigit y con el poder mágico transformador de las sacerdotisas celtas.
Hay muchas leyendas que cuentan historias de transformación de bellas mujeres en cisnes y viceversa.
El mensaje de esta relación de mujer-gracia-cisne, es el de que sintamos nosotras también como el cisne puede ser uno de nuestros tótem, uno de nuestros animales de poder.
©Nina Llinares