ARTICULO PARA LA REVISTA: ALTERNATIVO Y COMPLEMENTARIO de Jorge Moyá
Son ya 4 libros de Cristaloterápia publicados hasta la fecha y a la venta en España y en todos los países de habla hispana, incluida por supuesto mi amada Argentina donde ambas Editoriales cuentan con oficinas de distribución.
Detrás de cada libro que se publica y que sale a la luz, hay una historia personal de quien lo ha escrito, un montón de anécdotas y circunstancias a través de las cuales dicho libro se presenta, ve la luz.
En cada ocasión, las personas que acuden a dicha presentación, ejercen de hadas y hados madrinos del “nuevo bebe alumbrado”, pues para cada escritor, cada uno de sus libros es como un hijito que presenta en sociedad y cuya trayectoria estará marcada de alguna manera por los primeros recibimientos con los que los lectores envuelvan el acontecimiento ejerciendo de madrinas y padrinos del evento.
Vaya pues lector mi agradecimiento por estar leyendo esta presentación del libro, mi último libro publicado, que ahorita te presento, pues tu energía formara ya parte de este recibimiento y paso a contarte algunas cosas de mi vínculo con los minerales y de cómo este libro puede estar ahora en tus manos.
El destello de los cristales me deslumbro por primera vez cuando era muy pequeña. Por motivos de mi precaria salud (enfermedad pulmonar) estaba pasando el verano en un lugar en plena naturaleza, la Fuente Roja, en Alcoy (la ciudad donde nací), Alicante. En los alrededores de este paraje, la tierra es roja, es decir, es rica en hierro y en diminutos cristalitos que brillan y que me atrajeron; empecé a llenar cajitas de diminutos cristales de cuarzo y otros de colores…. era como tener un tesoro especial. Pasaba horas observándolos, sintiéndolos, maravillándome con su forma, su brillo y así es como empecé mi relación con la realidad cristalina que dura hasta hoy con el mismo entusiasmo y con total pasión.
Cuando decidí enfocar mi trabajo, vocación y profesión hacia las terapias alternativas, los minerales siguieron estando presentes y en cada curso, seminario o taller que realizaba, ya fuera de yoga, de Reiki, de masaje, de meditación….siempre se hablaba de cristales y siempre aprendía o confirmaba más cosas sobre este colorido mundo de luz y transparencia.
A través de la meditación, aprendí a conectarme con la consciencia cristalina de muchos minerales, especialmente de los cristales de cuarzo transparente y de las amatistas, mis favoritas. Mis pacientes, amigos y amigas me pedían que les compartiera mis trabajos personales con minerales y poco a poco estructuré mi primer taller hace ahora muchos, muchos años.
En aquel momento, hace más de 25 años, no era común encontrar tiendas especializadas en minerales, tampoco era común dedicarse a las terapias alternativas pues todo el movimiento de apertura de vuelta hacia lo natural, complementario y no invasivo apenas se estaba empezando a expandir. Por este motivo tenía que esperar a que hubieran ferias de minerales o alguna exposición para poder adquirir minerales que solo conocía por libros o que había visto en alguna joyería pues mi papa era relojero y con frecuencia le acompañaba a talleres de joyería donde podía ver gemas talladas que me parecían totalmente mágicas y extraordinarias.
Mi universo cristalino se expandió por fin cuando empecé a viajar y a impartir mis cursos y actividades de trabajo en otros países como Argentina, México, Bolivia, Venezuela, Sedona en Arizona, Uruguay e Inglaterra; mi colección de minerales aumento y fui recabando muchísima información “de primera mano” de hombres y mujeres medicina, coleccionistas, gemólogos, geólogos, dueños de minas y negocios relacionados con los minerales empleados para sanación vibracional y personas, que al igual que yo, sentían pasión por los cuarzos.
Todo lo aprendido lo iba incorporando a mis cursos sobre las propiedades de los cristales de sanación.
Hace ahora más de 12 años le lleve a uno de mis editores, en España, un manuscrito enorme sobre los minerales y su relación con los chacras, sin embargo, este proyecto fue rechazado: mi editor considero que esta “moda” de los cristales terapéuticos solo era eso, una moda que pasaría pronto y que solo interesaba a unas cuantas personas del movimiento Nueva Era.
Yo sabía en mi corazón que no se trataba de una moda ni nada parecido sino que la luz cristalina y sus excelentes propiedades vibracionales, se irían expandiendo y resurgiendo, trayéndonos de nuevo la memoria olvidada que en ellos sigue presente fuera del tiempo para ayudarnos en nuestro camino evolutivo común y personal: de todos los seres de este planeta, los minerales y en especial la familia del cuarzo, son los únicos que ni envejecen, ni se pudren ni se mueren (a menos que un mineral se te caiga de las manos y se haga pedazos).
Paso el tiempo. Empezaron a publicarse libros sobre minerales y sus propiedades sanadoras donde se citaban estudios sobre sus cualidades realizados en tiempos antiguos; la medicina ayurvedica, las recopilaciones de Alfonso X el sabio, los estudios de gemoterapia de la medicina árabe, y los usos que sanadores, chamanes y curanderos le otorgaban a los minerales.
La publicación de mi libro Masaje Atlante, donde di gran importancia a la Cristaloterápia, contribuyó a que los lectores empezaran a escribir a la editorial pidiendo más información sobre los minerales de sanación.
Mi editor recordó aquel manuscrito que puse sobre su mesa hacía ya años y me llamo y textualmente me dijo: “ódiame diez minutos pero tienes dos meses para traerme el mejor libro escrito sobre las propiedades de los minerales de sanación”.
En esos momentos yo estaba viviendo en Argentina; gran parte de mis valiosas fotos de minerales estaban en mi computadora en mi casa de España. Sin embargo, cuando un editor te pide que le lleves un libro escrito, cualquier persona en sus cabales es capaz de hacer auténticas locuras para que el libro sea durante algún tiempo su único propósito, motivación y ocupación.
Y así lo hice. Empezaron a darse anécdotas y sincronicidades que me fueron guiando por Buenos Aries, Córdoba, Capilla del Monte, San Marcos Sierra, Salto en Uruguay…. conociendo lugares especiales personas apasionadas por la realidad cristalina que me permitían tocar, sentir y fotografiar sus minerales de sanación.
Como resultado, el libro iba tomando forma de una manera mucho más enriquecida, mucho más apasionante, con un montón de datos que hasta ese momento desconocía y que a día de hoy, algunos de mis exalumnos de hace años, me comentan: “vaya Nina, esto o lo otro no lo enseñaste cuando hice el curso”. Y así es…simplemente se trata de que en esos meses, que se convirtieron en casi seis meses y no dos como me había pedido el editor, el libro se llenó de datos casi mágicos, contrastados, verificados y experimentados permitiendo que este libro apenas tenga nada que ver con el que yo pretendía que se publicara años atrás, ¿casualidad?…no, causalidad.
Fue una bendición que yo me encontrara viviendo en Buenos Aires.
Para terminar, decirte que este “bebe” aunque se concibió casi en mi infancia, se gestó en mi Amada Argentina y que es para mí un honor que Jorge Moya (hado mágico para mi trabajo y mis otros libros publicados ahí) pues ha sido siempre, año tras año en sus entrevistas radiofónicas, y ahora con este artículo, quien me haya dado la oportunidad de poder ser columnista en esta estupenda revista virtual argentina que llega a todas partes a través de este mundo de Internet que a todos nos une más allá de la distancia geográfica.
Gracias y de todo corazón deseo que mis libros sobre CRISTALES DE SANACION te maravillen.
©Nina Llinares